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Sesión 5
Sesión 5

Sesión Nº 5

Fragmento del temario de la sesión 5:

* El otro día hablamos de las cofradías y de su importancia en el mundo rural, hoy me gustaría que habláramos de los gremios. Escribió un libro titulado “Gremios, oficios y cofradías en el País Vasco” ¿Podría hablarnos de este trabajo?

* ¿Los gremios llegaron a atentar contra el espíritu de los fueros?

*¿Las instituciones benéficas eran en alguna ocasión centros fabriles?

* En el libro aparece un informe de un Corregidor dirigido a la provincia de Gipuzkoa en 1756 donde resumiendo se dice: la provincia lo que tiene es lo menos; lo que falta es lo más. ¿Tan mala era la situación en el siglo XVII?

* La fábrica de anclas de Hernani debió de ser muy importante en aquella época.

* Para proteger la industria local se produjeron gran número de peticiones de los empresarios para evitar importaciones, ¿Podría hablarnos de toda esta problemática?

* Una de las peticiones era de Martín José Uranga para evitar la exportación de trapo, ya que venían a Tolosa de Aragón y Cataluña a comprarlo.¿Era un colectivo importante el de los traperos?

* ¿Existían prejuicios respecto a algunos oficios?

* El concepto extramuros nos suena hoy un poco extraño, en el libro muestra un documento, un salvoconducto a nivel municipal de 1874 en el que se permite acudir al trabajo a Antonio de Garmendia, curtidor, y a sus dos criados, situado en Belate. Imagino que esto sería una excepción motivada por la guerra.

* Hoy las mercancías circulan con mucha libertad pero hasta hace poco no era así, ¿Podría explicarnos como funcionaban todo el tema de aranceles, tasas, etc.?

* La provincia todavía conserva muchos edificios en sus mugas que servían de aduanas, algunos convertidos en casas rurales, ¿Habría mucha actividad en torno a estos lugares?

* Las neveras o los neveros (Elur-Zuloak) eran un lujo de los pueblos que poseían montañas altas, ¿en torno a esto existiría también una producción y un mercado regulado?

Fragmentos de la sesión 5 (Transcripción)

Las cofradías tenían su parte religiosa y su parte social, con unos medios limitadísimos, entonces no existía la seguridad social ni nada de eso y el retiro tampoco, pero al que estaba necesitado pues venían las cofradías a ayudarle dentro de lo que podían, que era muy poco. Las cofradías religiosas tenían para la conducción de cadáveres en los entierros sus estandartes y los cofrades también tenían derecho a su respectiva vela para llevar en las procesiones, vela que en el cabo inferior cambiaba de color según la cofradía, unos tenían colorado otros azulado, otros verde, etc., etc., sí. Estaban presentes en todas las manifestaciones de la vida.

Amenazados los fueros no, no; podía haber algunas disposiciones que consideraran opuestas al fuero, entonces claro, las cofradías o los gremios mejor dicho, pues sí, exteriorizaban su protesta y trabajaban para que aquello no tuviera vigencia, eso sí.

Las instituciones benéficas, claro que si, eran centros fabriles porque había mucha gente en edad de trabajar, entonces se empezaba a trabajar muy joven, con 14 años; había fábrica de tejidos, de paños, en los centros benéficos.

El primero que introdujo el ancla de gran peso fue Fermín Guilisasti; tenía su fragua en Aia. Hizo espionaje en Holanda y de allí, la cosa de espionaje trajo aquí y fraguó las anclas de gran tamaño. Fermín Guilisasti luego ocupo algunos cargos que le ocasionaron sus disgustos, porque la envidia no es una creación de ayer ni de hoy, se ha practicado hoy pero se practicó ayer también y se practicará mañana. Fermín Guilisasti, a ese se debe el conocimiento de las anclas grandes. Hay restos todavía de la ferrería, las paredes y así, en el barrio de Aia, en el municipio de Aia.

Una anécdota, los Etxaniz, eran un poco loquillos pero había uno que le llamaban el Chato, yo lo recuerdo aunque era muy joven, me parecía muy alto, sería alto, con barba, tenía una pinta... Era hombre que anduvo en America y escribía, pero en el 36 coincidió en Tolosa cuando entraban los navarros en la villa, las fuerzas, un fervor y tal, y este dijo, “Se ha ido la hoz (por la hoz y el martillo) y llega la hez”, ¡Jo! Si dijo; las mujeres insultándole, asqueroso y tal, le llevaron a la guardia civil arrastras; intervino su prima y le debió de dar dinero y decirle “desaparece de aquí porque te van a matar”. Tiene su gracia, se ha ido la hoz y llega la hez; este Etxaniz. El Chato, tiene cantidad de anécdotas y cuando murió, murió en un portal en San Sebastián, trajo una reseña con una caricatura de él, un tipo de estos curiosísimos. Tenía otro hermano, Miguelito, también un tío raro, metió en una jaula una foto de Franco, muchos le dicen Chato, no, Chato era su hermano.

Había arbitrios provinciales y había arbitrios municipales, de los provinciales, todavía se conserva las casas; se tributaba al pasar, estaban los llamados mikeletes, cobraban. El arbitrio municipal lo cobraban los ayuntamientos. Pequeños contrabandos se hacían pero era incomodo para el comercio. Se quitó. Siempre era un engorro eso; ahora, era una fuente de ingresos. No en todos los municipios, en Albiztur por ejemplo no había eso pero en Tolosa sí. Estuvo vigente mucho tiempo. A nivel provincial eso fomentaba el contrabando, el contrabando de Navarra, por ejemplo para traer vino, cereales, pues sí, fomentaba y al quitar los arbitrios desapareció ese contrabando. Es un contrabando que ahora nos parece ridículo por las cantidades, pero muchas veces se jugaban la vida por cantidades que hoy nos parecerían pequeñas. Había personas contrabandistas, no precisamente aquí, pero en la zona del Baztán y eso pues con Francia había cantidad de contrabando, conocían bien los caminos para andar de noche.